La caries radicular, también llamada caries de raíz, es un problema bucodental que ha cobrado relevancia en los últimos años debido al aumento de la esperanza de vida y a la mejora de los tratamientos restauradores que permiten conservar los dientes por más tiempo.
Aunque comparte con la caries coronaria la destrucción del tejido dental por acción bacteriana, difiere en su localización y en la velocidad con la que avanza, afectando sobre todo a adultos mayores y a personas con encías retraídas.
Diferencias con la caries coronaria
La caries coronaria se localiza en la parte visible del diente, la corona, donde el esmalte actúa como barrera natural. En la raíz, sin embargo, no hay esmalte, sino cemento radicular y dentina, tejidos mucho más porosos y menos minerales. Esta diferencia anatómica provoca que la caries radicular progrese con mayor rapidez una vez instaurada.
Otro punto distintivo es el perfil del paciente. Mientras que la caries coronaria afecta con más frecuencia a niños y adultos jóvenes, la caries de raíz es más habitual a partir de los 50 años. Además, suele presentarse en múltiples superficies radiculares simultáneamente, lo que complica el tratamiento y aumenta el riesgo de pérdida dental.
Factores que favorecen la aparición de caries en la raíz
Recesión gingival y exposición de la dentina
La recesión gingival consiste en el desplazamiento del margen de la encía hacia la raíz, dejando descubierto el cemento radicular. Razones como el cepillado agresivo, la enfermedad periodontal o incluso movimientos ortodóncicos pueden propiciar esta retracción. Una vez expuesta, la dentina se vuelve vulnerable, pues su contenido mineral es muy inferior al del esmalte.
Cuando los túbulos dentinarios quedan al aire, no solo se facilita la acción de las bacterias cariogénicas, sino que también aumenta la sensibilidad a estímulos térmicos y táctiles. Este escenario se convierte en terreno fértil para la caries radicular, que puede avanzar de manera subclínica hasta comprometer la pulpa.
Edad avanzada, xerostomía y enfermedades periodontales
La Organización Mundial de la Salud estima que, a partir de los 65 años, más del 50 % de la población presenta al menos una lesión de caries radicular. Esto se vincula con la mayor prevalencia de xerostomía medicamentosa: antihipertensivos, antidepresivos y diuréticos reducen la secreción salival, alterando el equilibrio de la microbiota oral.
Por otro lado, las enfermedades periodontales avanzadas dejan superficies radiculares expuestas y provocan pérdida ósea. La combinación de dentina al descubierto, inflamación crónica y menor auto-limpieza salival forma el caldo de cultivo perfecto para la aparición de lesiones cariosas profundas que pueden derivar en fracturas o tratamientos endodónticos complejos.
Síntomas y diagnóstico de la caries radicular
Dolor, sensibilidad y signos visibles en la base dental
El dolor asociado a la caries radicular suele ser punzante y desencadenarse al ingerir bebidas frías o azucaradas. Al no estar recubierta por esmalte, la dentina expuesta transmite los estímulos con mayor intensidad. Además, el paciente puede notar un engrosamiento de la encía en la zona afectada o la aparición de pequeñas grietas oscuras en la superficie de la raíz.
Otro signo característico es la pigmentación marrón oscura que delata la destrucción de la dentina. Cuando esta coloración se acompaña de bordes irregulares y textura blanda, el odontólogo sospecha de una lesión activa que requiere tratamiento inmediato.
Pruebas clínicas y radiográficas utilizadas
La inspección visual con sonda periodontal permite evaluar la textura y el grado de penetración de la cavidad. Las radiografías bite-wing y periapicales, por su parte, resultan esenciales para determinar la profundidad y la extensión subgingival de la caries, información clave para planificar la restauración.
En casos donde la lesión es incipiente y no hay cavitación franca, el uso de transiluminación con luz LED o cámaras de fluorescencia láser ayuda a detectar cambios en la mineralización radicular. Gracias a estas técnicas, el diagnóstico temprano se ha vuelto más preciso, reduciendo la necesidad de tratamientos invasivos.
Tratamiento y prevención del daño radicular
Empastes y fluoruros
Las restauraciones en la raíz requieren materiales que soporten la humedad gingival y liberen iones beneficiosos. Los empastes dentales de ionómero de vidrio han demostrado una tasa de éxito superior al 85 % a los dos años, gracias a su adhesión química y a su capacidad remineralizante.
Además, la aplicación tópica de geles o barnices de fluoruros al 5 % incrementa la resistencia de la dentina a los ácidos bacterianos. Muchos odontólogos combinan la restauración con sesiones periódicas de flúor en consulta para mejorar el pronóstico a largo plazo.
Higiene oral, colutorios y visitas al odontólogo
Mantener una técnica de cepillado suave con cepillos de filamentos suaves evita agravar la recesión gingival. Se recomienda añadir a la rutina un cepillo interdental o irrigador para eliminar la placa entre diente y encía, zonas de difícil acceso donde la caries radicular suele comenzar.
Colutorios con clorhexidina al 0,12 % o aceites esenciales reducen la carga bacteriana, mientras que pastas con fluoruro de estaño contribuyen a reforzar la dentina. Las revisiones cada seis meses permiten detectar lesiones incipientes y realizar profilaxis profesionales que interrumpen la progresión de la caries.
Clínica Dental Salvo, expertos en tratar caries dentales en Zaragoza
Para quienes buscan atención especializada, en la Clínica Dental Salvo en Zaragoza disponemos de un equipo multidisciplinar con amplia experiencia en el manejo de caries radiculares complejas. Nuestra combinación de tecnología diagnóstica avanzada y materiales de última generación nos permite ofrecer soluciones duraderas y estéticas, adaptadas a las necesidades de cada paciente.
Además, en la clínica promovemos programas de prevención personalizados que incluyen educación en higiene oral, control nutricional y seguimiento periódico. Gracias a este enfoque integral, nuestros pacientes obtienen no solo un tratamiento eficaz, sino también la orientación necesaria para mantener sus dientes naturales en óptimas condiciones durante toda la vida.