La caries interproximal —conocida popularmente como “caries entre dientes”— es uno de los desafíos más frecuentes y subdiagnosticados en la odontología actual. Su posición oculta entre las superficies de contacto de las piezas dentales complica tanto su detección temprana como su tratamiento oportuno, y puede evolucionar rápido hasta comprometer la pulpa dental.
Cómo se diferencia de otros tipos de caries dentales
A diferencia de la caries oclusal, que se forma sobre las superficies de masticación, o la caries radicular, que afecta la parte expuesta de la raíz, la caries interproximal se origina en los estrechos espacios que separan los dientes. Allí, el cepillo convencional apenas logra alcanzar la placa bacteriana, lo que confiere a este tipo de lesión un carácter sigiloso.
En fases iniciales, la caries interdental se manifiesta como un halo blanquecino por desmineralización, mientras que la caries de fosas y fisuras suele verse como un punto oscuro. Además, el proceso de avance de la caries interproximal es más rápido porque el esmalte es más delgado en las zonas de contacto, de modo que la dentina queda expuesta antes y la sensibilidad dental aparece en menos tiempo.
Causas de la caries entre piezas dentales
Retención de alimentos y mala técnica de cepillado
El 70 % de los restos alimenticios retenidos tras la masticación se sitúan entre las piezas posteriores, según la Sociedad Española de Periodoncia. Cuando no se elimina dicha materia en las primeras horas, las bacterias convierten los carbohidratos en ácidos que degradan la matriz mineral.
Una técnica de cepillado horizontal o descuidada apenas penetra en los espacios interdentales. Incluso con cepillos eléctricos, la vibración no sustituye el acceso mecánico directo a esas superficies. Por ello, odontólogos recomiendan inclinar el cepillo 45° hacia la línea gingival y hacer pasadas cortas, sumado al uso de herramientas específicas como cepillos interproximales.
Uso insuficiente del hilo dental
El hilo dental —o seda— representa la barrera más efectiva contra la acumulación de placa en estas áreas. No obstante, encuestas del Ministerio de Sanidad muestran que solo 3 de cada 10 españoles lo usan de forma diaria. El argumento más común es la “falta de tiempo” o la “dificultad técnica”, aunque la realidad es que bastan 2-3 minutos adicionales para prevenir restauraciones caras en el futuro.
Cuando el hilo se desliza firmemente, rompe la matriz de polisacáridos donde las bacterias se adhieren. También arrastra partículas de comida invisibles y masajea la papila interdental, contribuyendo a la salud periodontal. Los odontólogos aconsejan usar al menos 40 cm de hilo, envolverlo en los dedos medios y formar una “C” alrededor del diente para una limpieza dental efectiva.
Signos y diagnóstico de caries interproximal
Cambios de color y sensibilidad localizada
Un cambio de color en la pared lateral del diente, apreciable como sombra grisácea, suele ser el primer signo visible en el consultorio. Al traslucir la luz, la dentina desmineralizada altera su tonalidad, lo que permite al odontólogo detectar la lesión incluso sin cavidad abierta.
La sensibilidad, sin embargo, varía según la profundidad. Mientras esté restringida al esmalte y dentina externa, el dolor es leve y momentáneo. Una vez que llega a la pulpa, el paciente describe un latido persistente y a veces irradiado, que obliga a actuar de inmediato para evitar la endodoncia.
Radiografías interproximales
La radiografía bite-wing (aleta de mordida) es la prueba de referencia porque muestra claramente la zona de contacto de hasta tres piezas contiguas y detecta lesiones desde el estadio inicial. Estudios de la Universidad de Gotemburgo indican que, combinando examen clínico y bite-wing anual, la tasa de detección precoz se eleva al 90 %.
En Clínica Dental Salvo se emplean sensores digitales de alta resolución que reducen la dosis de radiación un 60 % en comparación con la película convencional. Las imágenes se amplían y contrastan en pantalla para identificar microdescalcificaciones que pueden pasar desapercibidas a simple vista.
Tratamientos disponibles en Clínica Dental Salvo para la caries entre dientes
El enfoque terapéutico depende del estadio de la lesión. En fases tempranas se opta por terapia remineralizante: barnices de flúor al 5 % o infiltración con resina (ICON) que sella el poro del esmalte sin necesidad de fresado. Este procedimiento mínimamente invasivo mantiene el tejido sano y deja la superficie lisa y resistente.
Cuando la caries ya involucra dentina, el equipo de Clínica Dental Salvo emplea aislamiento absoluto con dique de goma para eliminar toda la estructura afectada. Según su extensión, realizamos una obturación con composite nanohíbrido estético o se indica una incrustación cerámica diseñada por CAD/CAM, que asegura ajuste micrométrico y estética natural.
Si la pulpa está comprometida, nuestros profesionales están capacitados en endodoncia rotatoria y uso de microscopio dental. Tras desinfectar los conductos, reconstruimos el diente y, si es necesario, se coloca una corona integral de zirconio para recuperar la función masticatoria y la durabilidad de la pieza.
Rellenos dentales, coronas y cuidados posteriores
Una vez que se coloca un relleno o una corona, la fase crítica es la adaptación del paciente. Durante las primeras 24-48 h se aconseja evitar alimentos duros o pegajosos, y prestar atención a cualquier borde áspero que pueda rozar la lengua: una ligera molestia puede indicar sobrecontorno, lo que exige ajuste inmediato para prevenir inflamación gingival.
El control cada seis meses permite verificar que el sellado marginal esté intacto y que no aparezcan filtraciones secundarias. La literatura científica muestra que un buen control posoperatorio prolonga la vida de la restauración de resina hasta 10 años y de la corona cerámica más de 15 años, siempre que el paciente mantenga una higiene meticulosa.
Higiene interdental y dieta baja en azúcares
El éxito a largo plazo depende más de la prevención que de la intervención. Por ello, los odontólogos insisten en combinar el cepillado con herramientas de higiene interdental: hilo, arcos de seda, cepillos interproximales y, para ciertos pacientes, irrigadores bucales de chorro pulsátil. La técnica adecuada debe enseñarse y revisarse en la consulta para corregir errores de forma temprana.
La dieta también marca la diferencia. Reducir la frecuencia de azúcares libres a máximo cuatro exposiciones diarias, sustituir refrescos por agua o infusiones sin azúcar y elegir snacks de textura dura —como frutas frescas o frutos secos sin edulcorar— disminuye la peligrosidad del biofilm. En un estudio de la revista Caries Research, los sujetos que mantienen pH salival superior a 6,0 obtienen una reducción del 42 % en lesiones interproximales nuevas.