La mordida abierta es una alteración dental que afecta a un porcentaje significativo de la población, y aunque a simple vista pueda parecer un problema estético, sus implicaciones van mucho más allá. Entender qué es, cómo detectarla y cuáles son las opciones de tratamiento es fundamental para quienes la padecen o para padres preocupados por la salud bucal de sus hijos.
Definición de mordida abierta y cómo detectarla
La mordida abierta es una maloclusión dental en la que los dientes superiores e inferiores no se contactan al cerrar la boca, dejando un espacio visible entre ambas arcadas dentales. Este espacio puede localizarse en la parte anterior (más común) o en la posterior de la boca, y puede afectar tanto a niños como a adultos.
Detectar una mordida abierta no siempre es sencillo en sus etapas iniciales, pero algunos signos evidentes incluyen la incapacidad para cerrar completamente los dientes frontales, dificultad para morder alimentos y problemas en la pronunciación de ciertos sonidos. Un examen visual realizado por un odontólogo o un ortodoncista es esencial para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad del problema.
Además de los síntomas mencionados, es importante tener en cuenta que la mordida abierta puede estar relacionada con hábitos orales como chuparse el dedo, el uso prolongado de chupetes o la respiración bucal.
Estos hábitos pueden influir en el desarrollo de la mandíbula y en la posición de los dientes, lo que a su vez puede agravar la maloclusión. Por lo tanto, es fundamental que los padres estén atentos a estos comportamientos en sus hijos y busquen orientación profesional si notan alguna anomalía en la alineación dental.
Causas como hábitos orales, respiración y genética
Las causas de la mordida abierta son variadas y, en muchos casos, multifactoriales. Entre los factores más comunes se encuentran los hábitos orales nocivos, como la succión prolongada del dedo, el uso excesivo del chupete o la interposición lingual (colocar la lengua entre los dientes al tragar o hablar). Estos hábitos pueden alterar el desarrollo normal de las arcadas dentales y la posición de los dientes.
La respiración bucal también juega un papel importante. Cuando un niño respira habitualmente por la boca, puede modificar la postura de la lengua y afectar el crecimiento maxilar, favoreciendo la aparición de una mordida abierta. Por último, la genética no debe subestimarse, ya que ciertas características hereditarias pueden predisponer a esta maloclusión, como la forma y tamaño de los huesos maxilares.
Impacto en fonación, estética y función masticatoria
La mordida abierta no solo afecta la apariencia física, sino que también tiene repercusiones funcionales que pueden deteriorar la calidad de vida. En términos de fonación, esta condición dificulta la correcta articulación de sonidos, generando problemas en la pronunciación de letras como la “s”, “t” o “d”. Esto puede afectar la comunicación y la autoestima, especialmente en niños en edad escolar.
Desde el punto de vista estético, la mordida abierta puede alterar la sonrisa y la armonía facial, provocando inseguridad en quienes la padecen. Además, la función masticatoria se ve comprometida, ya que la falta de contacto entre los dientes dificulta la trituración eficiente de los alimentos, lo que puede derivar en problemas digestivos a largo plazo.
Tratamientos ortodóncicos para mordida abierta
El tratamiento ortodóncico es la primera línea de acción para corregir la mordida abierta, especialmente en niños y adolescentes. Los aparatos ortodóncicos fijos o removibles ayudan a alinear los dientes y modificar la posición de la mandíbula para cerrar el espacio abierto.
En muchos casos, se combinan técnicas como el uso de brackets con ejercicios de reeducación muscular para mejorar la función de la lengua y los labios. La duración del tratamiento varía según la severidad del caso, pero generalmente oscila entre uno y tres años. La intervención temprana es clave para obtener mejores resultados y evitar complicaciones futuras.
Opciones de cirugía ortognática en casos severos
Cuando la mordida abierta es muy pronunciada y no puede corregirse únicamente con ortodoncia, la cirugía ortognática se convierte en una opción necesaria. Este procedimiento consiste en la reposición quirúrgica de los huesos maxilares para lograr una oclusión adecuada y mejorar la función y estética dental.
La cirugía suele estar indicada en adultos o en casos en los que el crecimiento óseo ha finalizado. Es un tratamiento complejo que requiere un equipo multidisciplinar y una planificación detallada para minimizar riesgos y garantizar resultados satisfactorios. Tras la intervención, la ortodoncia continúa siendo fundamental para estabilizar la mordida.
Reeducación funcional con logopedia y ortopedia
Además de los tratamientos convencionales, la reeducación funcional es un complemento esencial para corregir la mordida abierta. La logopedia interviene para modificar los patrones de deglución y respiración, enseñando al paciente a colocar correctamente la lengua y a evitar hábitos perjudiciales.
Por otro lado, la ortopedia maxilar utiliza dispositivos específicos para guiar el crecimiento de los huesos y mejorar la postura mandibular. Estos tratamientos son especialmente efectivos en edades tempranas, cuando el sistema óseo aún es moldeable, y contribuyen a prevenir la recurrencia de la mordida abierta.
Prevención de mordida abierta en niños y adolescentes
La prevención es fundamental para evitar la aparición de la mordida abierta, especialmente en niños y adolescentes. Es importante limitar o eliminar hábitos como la succión del dedo o el uso prolongado del chupete antes de los tres años. Además, fomentar una respiración nasal adecuada y consultar al especialista ante cualquier signo de respiración bucal puede marcar la diferencia.
Las revisiones odontológicas periódicas permiten detectar alteraciones en el desarrollo dental y óseo a tiempo, facilitando intervenciones tempranas. También es recomendable promover ejercicios de reeducación postural y hábitos saludables que favorezcan un crecimiento facial armónico y una correcta función masticatoria.
Confía en expertos en mordida abierta en la Clínica Dental Salvo en Zaragoza
Para un diagnóstico preciso y un tratamiento efectivo de la mordida abierta, es fundamental acudir a profesionales especializados. En la Clínica Dental Salvo en Zaragoza contamos con un equipo de ortodoncistas y cirujanos maxilofaciales con amplia experiencia en el manejo de esta maloclusión.
En nuestra clínica ofrecemos un abordaje integral que combina ortodoncia, cirugía y reeducación funcional, adaptándose a las necesidades específicas de cada paciente. Gracias a nuestra tecnología avanzada y atención personalizada, en la Clínica Dental Salvo garantizamos resultados óptimos que mejoran tanto la salud bucal como la calidad de vida de nuestros pacientes.